jueves, 9 de mayo de 2019

Desde cuándo no se cree en la reencarnación

El destierro de la doctrina reencarnacionista empezó a expandirse en el año 312, cuando el emperador Constantino el Grande se convirtió al cristianismo. Hubo tres argumentos que eliminaron la idea de la reencarnación en el nuevo cristianismo, a pesar de que ninguna encíclica papal la condenara. La primera fue su desaprobación por parte del Concilio de Constantinopla II en el año 553, a instancias del emperador Justiniano I. Sus poderosos edictos incluyeron el decreto que consideraba anatema cualquier enseñanza sobre la preexistencia del alma, así como la doctrina de su retorno a la Tierra. También fue decisivo para el destierro del concepto reencarnacionista la condena de la metempsicosis, establecida por el Concilio de Lyón (1274) y por el de Florencia (1439), en los que se afirmó que las almas que partían de este mundo se dirigían al Cielo, al Purgatorio o al Infierno. El tercer argumento, por último, fue la persecución, especialmente la de la Inquisición, y la supresión de las ideas por la fuerza de las armas, de las que el ejemplo más cruel fue la denominada Cruzada de los Albigenses, en 1209.